Donación de órganos

ABC sobre la donación de órganos

Todo lo que tienes que saber sobre la donación de órganos

Es difícil pensar que algún día dejaremos de estar, de compartir, de sentir. Algún día lo único que quedará de nosotros son todos esos recuerdos que hemos cultivado en el corazón de las personas que nos rodean. Eso y nuestros órganos, en caso de que decidamos donarlos...

 
Es difícil pensar que algún día dejaremos de estar, de compartir, de sentir. Algún día lo único que quedará de nosotros son todos esos recuerdos que hemos cultivado en el corazón de las personas que nos rodean. Eso y nuestros órganos, en caso de que decidamos donarlos…

Es inevitable, algún día simplemente ya no estaremos, lo único que podemos hacer es aprovechar cada día, cada momento al lado de las personas que más queremos. Así, cuando llegue la hora de decir adiós nuestra única compañera será la tranquilidad. Solemos pensar que lo más importante es dejar en orden todo lo que tiene que ver con lo bienes que hemos adquirido con el paso de los años, pero, ¿qué pasa con nuestro cuerpo? ¿Acaso no es aún más valioso que lo material?

 

¿Alguna vez has pensado en ser donante de órganos? 

Dar tus órganos sanos a una persona que los necesite puede ser tu último acto de bondad. No existe nada más satisfactorio que dar sin esperar algo a cambio, dar solo por ayudar. Si tú ya no los necesitas, ¿por qué no brindarle una segunda oportunidad a alguien más? Aquí te decimos todo lo que tienes que saber sobre la donación de órganos en México.
 

¿Qué es la donación de órganos?

La donación de órganos y tejidos es el acto de dar, en vida o después de la muerte, un órgano, tejido o células a otra persona que los necesita para mejorar su salud o salvar su vida.
 

¿Quiénes pueden ser donantes?

Cualquier persona mayor de 18 años con capacidad legal puede donar sus órganos después de la muerte y solo algunos en vida. En caso de tratarse de un menor de edad, su representante legal debe de autorizarlo y en vida solo podrá ser donador de médula ósea.
 
Las únicas personas que no podrán ser donantes en vida, ni después de la muerte son aquellas con alguna incapacidad mental.
 
Es sumamente importante que tu familia esté al tanto de tu decisión, pues aunque tú hayas manifestado tu voluntad firmando algún consentimiento, siempre se pedirá la autorización de la familia y ellos tendrán la última palabra.
 

¿Existe un límite de edad para donar?

No hay límite de edad, siempre y cuando los órganos y tejidos estén sanos.
 

¿Cómo puedo ser donante?

Hay dos maneras de serlo: expresa o tácita. Serlo de forma expresa quiere decir que tú has dado el consentimiento por escrito para donar tus órganos. Podrá ser un consentimiento amplio cuando se refiera a la disposición total de tu cuerpo o limitado cuando solo quieras donar determinados componentes.
 
La forma para manifestar tu voluntad es firmando una tarjeta de donador voluntario o el consentimiento expreso que emite el Centro Nacional de Trasplantes. Sin embargo, recuerda que aunque hayas firmado cualquiera de estos documentos tu familia tomará la decisión final. Es por eso que debes hacerles saber cuáles son tus deseos después de la muerte.
 
Por otro lado, cuando una persona no ha rechazado formalmente la posibilidad de ser donante y su familia acepta que su cuerpo o componentes sean utilizados para trasplantes, así se hará.

 

¿Puedo obtener algo a cambio?

No. La donación de órganos se rige por los principios de altruismo, ausencia de ánimo de lucro y confidencialidad. Esto quiere decir que si pretendes obtener algún beneficio monetario a cambio de tus órganos o los de algún familiar te meterás en serios problemas, pues el comercio de órganos y tejidos está tipificado penalmente como delito.

 

¿Cuáles son las partes de mi cuerpo que puedo donar?

Los órganos que se pueden trasplantar son: corazón, riñones, hígado, páncreas y pulmón. Aunque recuerda que también se pueden trasplantar tejidos como: córneas, piel, hueso, médula ósea, válvulas cardiacas, cartílago, tendones, arterias y venas.
 
Pero también dependerá de las causas de la muerte. Si una persona pierde la vida por paro cardiorrespiratorio, únicamente podrá donar tejidos como: hueso, piel, córneas, tendones, cartílago y vasos sanguíneos. Si una persona pierde la vida por muerte encefálica entonces podrá donar todo lo que sea viable.
 
Existen dos tipos de donadores vivos o fallecidos. Un donante vivo solamente puede donar los riñones, el hígado y médula ósea.
 
Los órganos tienen cierto tiempo de viabilidad para ser trasplantados, es decir, tienen fecha de caducidad. Los riñones 12 horas, el corazón, pulmones e hígado de 4 a 6 horas, y las córneas pueden durar hasta 2 semanas.

 

Después de donar, ¿qué pasará con mi cuerpo?

Existe la creencia de que al donar los órganos de una persona fallecida el cuerpo queda desfigurado, pero esto no es así. De acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes, un principio básico es manejar con dignidad y respeto el cuerpo de un donador.
 
Los cirujanos que se encargan de realizar la intervención deben de ser muy cuidadosos a la hora de cerrar y cubrir las heridas provocadas por la cirugía. Es decir, el cuerpo no se mutila ni se desfigura. Después de la extracción, el cuerpo será entregado a la familia, después de 6 a 24 horas, en condiciones adecuadas para que realicen la ceremonia que acostumbren.

 

¿Quién recibirá mis órganos?

En México existe la base de datos Hospitalaria, Institucional, Estatal y Nacional de pacientes en espera de algún órgano o tejido, la cual es un sistema de información en el que se encuentran registrados los pacientes que necesitan un órgano o tejido.
 
Para asignar un órgano o tejido de un donador no vivo se tomará en cuenta la gravedad del receptor, la oportunidad del trasplante, los beneficios esperados, la compatibilidad, entre otros criterios médicos. Cuando no exista urgencia médica para asignar preferentemente un órgano o tejido, el Centro Nacional de Trasplantes se encargará de asignarlo a personas que se encuentren en la lista de espera.
 
Aunque hay una segunda opción, la donación dirigida, contemplada en la Ley General de Salud. En caso de que algún familiar o conocido necesite un órgano al momento de tu muerte, tus órganos pueden pasar a esa persona, siempre y cuando sea compatible y cumpla con todos los criterios médicos y legales requeridos. Si no es viable, la familia podrá decidir entre desistir o abrir la donación a cualquier otro receptor.

Actualmente en México existen más de 22,000 personas en la Lista de Espera Nacional, las cuales necesitan un trasplante de órganos o tejidos para salvar o mejorar su calidad de vida, de acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes. 15 mil están es espera de un riñón, más de 6 mil esperan una córnea y el resto necesita hígado, corazón o pulmón.

A pesar de que la tasa nacional de donaciones va en aumento se necesita seguir fomentando la cultura de la donación, pues no es suficiente para cubrir la demanda de personas que requieren un trasplante.
 
Podemos darle la oportunidad a, por lo menos, otras diez personas de mejorar o salvar su vida si decidimos donar nuestros órganos. Además, no podemos olvidar que podemos ser nosotros quien necesitemos un transparente en algún momento de la vida.
 
Foto: Pexels

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