Ha pasado un año más y pronto será Navidad. Estas fechas pueden ser complicadas cuando has sufrido una pérdida, pero también suponen una oportunidad para recordar a aquellos que amamos y que ya no están.
Un año más.
Uno que pasa antes de que nos demos cuenta, todavía ante la extrañeza de vivir en una pandemia. Han sido largos meses de incertidumbre, aunque a veces se sienten solo como un extraño instante en el que hemos perdido más de lo que imaginamos. Algunos de nuestros seres queridos se han ido para no volver. Lo que queda de ellos son ideas, anécdotas y recuerdos. Y es en estas fechas de celebaciones, de viajes y de abrazos cuando más los echamos de menos.
Es en estas fechas de celebaciones, de viajes y de abrazos cuando más los echamos de menos.
Un año más.
No importar cuántos pasen, su ausencia se sigue sintiendo nueva y la nostalgia nos golpea otra vez. Pero también regresa su recuerdo: el modo en que nos miraban y nos decían palabras con ese peculiar y único tono de voz. La memoria de los abrazos y de los viajes. De los cumpleaños y de las Navidades. De las excursiones y de los días ordinarios que a su lado se volvieron extraordinarios. De esas explosiones de risa y de los abrazos solidarios que solo ellos podpian darnos cuando nos creíamos derrotados.
Un año más.
Y con él la oportunidad de revivirlos en nuestros recuerdo para que en estas fechas, ellos festejen con nosotros. Para que brinden y griten. Para que sientan el calor de nuestro hogar. Porque recordarlos esta Navidad es invitarlos de nuevo a la mesa para que celebren con nosotros. Para que compartan y nos escuchen hablar de ellos y de todo lo que siguen significando en nuestra vida en esta Navidad y siempre.
Aunque haya pasado un año más.
